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martes, 16 de junio de 2009

Palabras - Diario La Nación, 12/06/09

Sólo podemos encontrar el amor en su morada íntima, nuestro propio corazón. El corazón, o chakra cardíaco, es el órgano que nos permite abrirnos a las demás personas y al mundo. Se lo considera la fuente del amor incondicional y la compasión, y al conectarnos con él absorbemos la energía necesaria para ingresar en los rincones más oscuros.

El amor incondicional es la capacidad de amar sin condiciones, preferencias o expectativas. Amar incondicionalmente no significa no poner límites cuando es necesario o apropiado, ya que eso no sería amor, sino sometimiento. Este tipo de amor implica la aceptación de las demás personas tal como son, aun cuando posean cualidades o caracteres que nos desagraden. Por otra parte, el amor incondicional bien entendido empieza en casa, con la inclusión amorosa de todos nuestros aspectos. El amor hacia uno mismo, con sombra incluida, se traduce luego en la capacidad de amar realmente a los demás.

La compasión es la atención al sufrimiento de otra persona, unida al deseo de ayudarla y contenerla. La palabra compasión significa padecer juntos, abrir nuestro corazón para sentir el dolor ajeno como si fuera el propio. No se trata de sentir lástima o tristeza, sino de la comprensión del corazón que también ha sufrido y que conoce el rol transformador del sufrimiento. Al igual que el amor incondicional, la compasión comienza a nivel interno, cuando somos capaces de sentirla por nuestro propio sufrimiento, nuestra ignorancia e ineptitud e, incluso, nuestra falta de compasión.

Alicia Schmoller se graduó como psicóloga en Buenos Aires y en Nueva York estudió Psicología Transpersonal. Además, mitos, arquetipos y un tema que apasionaba a Jung, la sombra, nuestra parte oscura. Publicamos un fragmento de su libro La sombra, Cómo iluminar nuestros aspectos ocultos.