sábado, 8 de diciembre de 2012
Sobre las crisis
"Las crisis representan tanto un peligro como una oportunidad. El peligro es seguir aferrados a lo conocido; la oportunidad es abrirnos a lo desconocido, descubrir recursos nuevos e ingresar en una etapa de mayor madurez.
Un pollito debe realizar un gran esfuerzo para salir del cascarón, pero si alguien se compadeciera del pobre animalito y lo ayudara en su ardua labor, éste no sería capaz de sobrevivir, ya que su esfuerzo lo fortalece para enfrentar la vida. Lo mismo ocurre con los seres humanos: las experiencias difíciles nos obligan a salir de la zona de confort para desarrollar nuestra fortaleza y resiliencia.
No hay expansión de conciencia sin dolor. El dolor nos permite crecer y trascender la conciencia infantil, que se rige por el principio del placer, y que cree que todos sus deseos deben ser satisfechos de inmediato.
El budismo sostiene que la causa del sufrimiento es el apego. Generalmente nos adherimos al pasado, a lo que deberíamos soltar. Lo desconocido causa temor porque implica lidiar con la ignorancia, la torpeza y la posibilidad de fracasar. Sin embargo, el fracaso es una experiencia imprescindible que nos ayuda a madurar y a ser humildes, mientras que el éxito constante nos mantiene en un estado de superficialidad y omnipotencia. Todas las personas sabias han conocido la derrota y aprendido de ella." (Extracto de La Sombra: Cómo iluminar nuestros aspectos ocultos, Ed. Kier)
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