Cuando oramos, generalmente pedimos ayuda, y ésta llega, aunque no necesariamente de la forma que esperamos. Es preciso ser conscientes de lo que pedimos, no estar apegados a resultados específicos, y confiar en el proceso.
Una oración que considero imprescindible es “Gracias”. El Rabino judío Israel Baal Shem Tov afirmó: “El mundo está lleno de maravillas y milagros, pero tapamos nuestros ojos con las manos, y no los vemos.”
Agradecer todos los dones y milagros de la vida cotidiana es la mejor manera de abrir nuestro corazón y apreciar nuestra existencia.
domingo, 13 de enero de 2013
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